miércoles, 17 de noviembre de 2010

Intento golpista, medios y caos


















La mañana fría del martes 09 de noviembre daba la bienvenida a una silueta de cabellos dorados, quien aparece con una inusual prisa, lleva en su mano derecha una computadora portátil y se apresura a ingresar en el salón Leonidas Proaño, se trata de Janeth Hinostroza, periodista de Teleamazonas.
Cerca de las 10h00, un segundo personaje, algo desgarbado ingresa al auditorio, es Edison Miño, Comunicador de la Asamblea, quien lleva en el bolsillo -como si fuese una biblia- su pequeño manual de vida: la Constitución de la República del Ecuador.
Muchos de los asistentes llegan algo tarde, pero firmes en su decisión por captar una mirada profunda sobre los medios de comunicación y el 30 de Septiembre.
En la entrada se encuentran con Renato Baquero, estudiante del VII Nivel de Comunicación Social, quien saluda con la presentadora de noticias de ECTV Pública: María Isabel Cevallos.
Las cámaras de video y fotografía inician con su ritual de registro, los parlantes se encienden, ha llegado la hora del foro: “Los medios de comunicación y la crisis del 30 de Septiembre”.
El salón se enreda en una curiosidad única, los expositores: Janeth Hinostroza, Edison Miño, Renato Baquero y María Isabel Cevallos darán miradas diversas desde Teleamazonas, la Asamblea, desde el alumnado y desde el canal estatal.
Las primeras intervenciones captan de inmediato la atención de casi un centenar de participantes, se acomodan en las sillas y producen un vaivén de sonrisas. La presentación inicia con un pequeño discurso de bienvenida y los aplausos irrumpen en la sala…
De inmediato, el representante de la Asamblea, Edison Miño toma raudo el micrófono y opina sobre el panorama del 30-S, sobre todo hace una referencia histórica sobre los gobiernos y la censura, pero aclara:
“Cuando se cierra el aeropuerto de la capital de un país por las fuerzas militares, cuando los militares con uniforme cierran y salen a quemar llantas, incluso frente al Ministerio de Defensa y un grupo de policías golpean e impiden la reunión de la Asamblea Nacional… eso aquí y en cualquier parte se llama: Golpe de Estado”
Después de defender la tesis golpista, Edison se retira calmado al respaldo de su silla azul, mientras Hinostroza toma una postura algo rígida y explica:
“Ante esa Policía, va el Presidente, se presenta ahí, los provoca, los insulta, los hiere y agrede, los humilla. La principal autoridad de nuestro país se da el trabajo de pararse y les dice: ´mátenme haber si pueden´, esa actitud también debe ser analizada”
Mientras pone énfasis en su discurso, la periodista concluye:
“¿Qué habría pasado si el Presidente no hubiera ido ahí?, en ese momento, desde mi punto de vista se descalabra absolutamente todo. Ese día, sí hubo un intento Golpe de Estado y sí hubo un secuestro al Presidente, pero no fue algo planificado.”
Terminada la visión golpista, Renato Baquero, estudiante de la UPSQ, muestra otra lectura sobre el contexto en los hechos del 30-S y las teorías de la comunicación:
“La crisis en la Policía se agravó por los mecanismos de subjetividad, sujeto y búsqueda de identidad, este quebranto de expectativas creó el conflicto, esto de manera minimalista. Por otro lado, la mirada maximalista estatal habla de un complot de la CIA y la ultraderecha”…
“Los medios de comunicación necesitan refundar la teoría normativa lejos del modelo liberal, por ejemplo ningún medio habló sobre la violación del art. 184 y 185 de la Constitución y además subentendieron la teoría del caos.”, concluye el alumno.
Mientras el público seguía con atención los discursos, María Isabel Cevallos mostró una mirada a su experiencia personal en el canal estatal:
“Me parece que es un cinismo decir que no hay ideologías en los periodistas o que en la edición de un reportaje o en la expresión de un ademán no hay un discurso… también tengo muchas críticas al presidente Correa y al manejo de los medios de comunicación, pero cuando uno tiene una responsabilidad tan grande y entra en cadena, lo único que tiene que hacer es su trabajo”
Después de las exposiciones, los panelistas receptan decenas de preguntas en pequeños trozos de papel y se aventuran a determinar respuestas a un público cuestionador y crítico.
Después de 40 minutos, la conversación se vuelve interactiva. Sonrisas y rostros de asombro reflejan la intensidad del debate. Así, el foro termina con un cálido aplauso, mientras la ola masiva en la salida hace eco en el dintel de la puerta…

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