Academia científica, divulgación, tecnología y aval internacional aparecen como las características objetivas del CONEA y su plan estratégico de evaluación.
Según el sistema implantado en el Mandato 14; se pretende una recuperación de los planes de desarrollo en las universidades, incluso su “depuración”.
La “élite académica”; “investigación y divulgación tecnológica”; “aval internacional” -bajo el juicio racionalista- parecerían correctos, pero los planes parecen contradecir a miles de estudiantes, quienes fiaron su dinero y esfuerzo a instituciones “confiables”. Hoy, en la Asamblea Constituyente Ecuatoriana de descubrieron avales ficticios, faltas de mallas y manejos corruptos en tecnologías e información. Un aval en el Perú costaba $7.500 dólares y el precio aumentaba con la “elite académica “según el país avalador.
Las Universidades -en sentido del latín “universitas” =universal; no existen. Lo que si se puede universalizar son las categorías de academia-evaluación; riesgos y debilidades locales (geoeconómicas –sociales) como factores de carácter universal.
Mientras el sistema educativo superior no opte por incluir nuevas epistemologías; planes de desarrollo; estudios descentralizados y pierda su lógica dogmática neoliberal de empresa no podrá recuperar su esplendor.
Ciencia, Poder y Estado aparecen como los ejes de un tren universal que se descoyunturó hace décadas.
Las instituciones deben mejorar su categoría; mas las categorías de evaluación también deberían apostar a una nueva mirada de inclusión de saberes y buscar otra estructura de aprendizaje más focalizado, real y pragmático.
(artículo de opinión).
